Quinta sinfonía, en do menor, op. 67.
Compuesta entre los años 1804 y 1808. Se estrenó el 22 de diciembre de 1808 en un concierto de casi cuatro horas con obras de Beethoven. Dos sinfonías: la quinta y la sexta, el concierto en sol op 58 y otras
Composiciones No hay que olvidarse que en aquellos tiempos el teatro era como ir hoy a una discoteca. Se iba a cualquier cosa y de paso se escuchaba algo de música.
Duración aproximada de la sínfonía: 37: 37
Corriente artística: Clasicismo.
La obra pictórica del mismo periodo, que he escogido, pertenece al pintor Johann Willibrord Joseph Anton Mähler, (1778-1860) quien en 1803 hizo este retrato de Beethoven. Este pintor es famoso también por haber pintado a otros músicos. Salieri, Nepomuk Hummel, entre otros.
Autor/obra del mismo período: No podía elegir a otro que a Johann Christian Friedrich Hölderlin. Autor clave de la poesía alemana. De su elegía más famosa Pan y vino traduzco la primera estrofa:
Los alrededores de la ciudad descansan, tranquila se vuelve la callejuela iluminada, y adornados con antorchas, pasan volando los coches.
de las alegrías del día, satisfechos vuelven a su casa a descansar los hombres, y ganancia y pérdida sopesa una cabeza pensante, más que satisfecha en su casa, que está vacía de uvas y flores, y de obras de la mano descansa el mercado diligente, pero a lo lejos en los jardines suena una música de cuerdas, quizás allí tocada por un enamorado o por un hombre solitario pensando en amigos lejanos y en el tiempo en que era joven y las fuentes que manaban sin parar y refrescaban los arriates olorosos. Quedo en el crepúsculo resuenan las campanas que doblan. Y pensando en las horas grita un sereno el número. Ahora también llega un soplo y mueve las copas en el bosque. Mirad y la sombra de nuestra tierra, y la luna vienen en secreto también, llega la efusiva noche. Llena de estrellas y bastante poco preocupada por nosotros. Brilla allí el sorprendido. El extraño ser entre los humanos. Triste y magnífico sobre las cimas de las montañas….
Y así con esa facilidad para rimar, (que en mi traducción no se ve), y describir continúa Hölderlin durante 160 versos. Es hoy lectura obligatoria en cualquier curso de lengua alemana y en el bachillerato en los países de habla alemana.
Johann Christian Friedrich Hölderlin. (1770-1843) compuso está elegía entre los años 1800 y 1801 y aunque en el siglo XIX fue que vino a publicarse completa, la primera estrofa sí fue conocida por algunos escritores y músicos, artistas en general contemporáneos. No sería de extrañar que Beethoven conociese estos versos. Representa muy bien el espíritu de la época: un hombre que es zarandeado de aquí para allá, y que solo tiene la fuerza, el escudo que le brinda la poesía, la religión y la filosofía. Y aunque Hölderlin/Beethoven no supiesen en esos momentos hacia dónde tienen que ir, ni qué va a ser de ellos, se ven empujados día y noche por el fuego divino, como si dijeran yo voy, pero no me voy a callar. Hölderlin, Goethe, (cubre tu cielo Zeus…), Schiller, Brentano, los hermanos Grimms, Herder, todos y no en ultimo lugar Beethoven se cuestionan sobre la ausencia y la actualización de lo divino en el mundo. Una cuestión que preocupaba bastante al mundo intelectual de la época. Goethe tiene varios poemas en los que se explaya sobre el tema.” Noble ha de ser el hombre, servicial y bueno porque eso es lo único que nos diferencia de todos los seres que conocemos.” Y un concepto típico de esta época fue la teodicea que lo que hace es cuestionar el papel de lo divino. Y como no quiero dar puntada sin hilo, esto lo dejo dicho antes de pasar a hablar del destino y de toda la explicación que usualmente se le da a la quinta sinfonía.
- Allegro con brío: No hay introducción.
Beethoven, enseguida nos mete en el ajo. Una llamada de cuatro aldabonazos, y ya está. La explicación más extendida es que estos cuatro acordes, o golpes aluden a la llamada del destino. Sol, sol, sol, miiii
Ta ta ta taaaa. La explicación más mundana dice que desde su casa Beethoven veía como un vecino no abría la puerta a alguien que llamaba con insistencia. La visita indeseada insistía y el vecino no abría. Llamaba con cuatro golpes en la puerta, en la ventana… etc. etc. y de ahí podría haber salido esta idea que tiene tantas explicaciones filosóficas como se quiera. Como la que yo me doy y que he mencionado hace nada… Pero nadie, de la explicación que dé, puede no escuchar que el tema, esas cuatro notas se repite sin tregua no solo durante el primer movimiento, sino durante toda la sinfonía. He leído en varios lugares que el tema podría venir de un himno de Cherubini. Luigi Cherubini un compositor italiano contemporáneo de Beethoven y que vivía en Francia, pongo el link de un himno en el que se escucha ligeramente las cuatro notas y algún que otro motivo de la sinfonía. Este motivo es tan pegadizo que con solo escucharlo una vez uno se ve tarareándolo enseguida. Es según algunos un riff de rock. Y está tan bien armado que se puede tocar en cualquier género, por ejemplo les dejo el link de Beethoven en tiempo de salsa. Por momentos me da la idea que estoy escuchando a la orquesta Aragón. Normalmente en las sinfonías de Beethoven, el autor antes de presentarnos un tema lo introduce y lo va desarrollando y después una vez ya nos tiene “adobados” nos da el tema y después da otro tema y empieza a armarse la conversación. Aquí no hay introducción, suena la llamada “silencio mi, mi, mi, soool” dos veces y las cuerdas responden como si preguntaran y ya de pronto toda la orquesta ataca el silencio y las cuatro notas. Es Beethoven no hay duda. El problema para la interpretación lo aporta este silencio, porque toda la orquesta tiene que tocar el tema al mismo tiempo. El motivo es el mismo, pero no suena igual en las cuerdas que en el viento. Va subiendo de intensidad, como si la idea se hiciera más concreta. No hay contradicción alguna, todos tiran en la misma dirección, la amenaza, la opinión distinta no viene de otro instrumento que cante un tema distinto. Somos nosotros los que al escuchar la fuerza de toda la orquesta tenemos que imaginarnos qué provoca tamaña unidad, la resistencia es importante. El oboe canta un tema bien despacio, como si no estuviera de acuerdo… Pero la orquesta toda continua con las cuatro notas. Y los fagots, las flautas convencen al oboe que ya no puede seguir por dónde iba y se vuelve a lograr la unidad, la llamada del destino, obliga el mensaje se ha transmitido y con claridad suficiente.
- Andante con moto: ahora ya más sereno llega un mensaje que cantan las violas y los violonchelos. Y es como un himno que nos arrastra. Va subiendo de tono y cuando está arriba se unen los metales y vuelve a bajar. Los violonchelos llaman a la paz, razonan. Y esta argumentación tiene su triunfo: toda la orquesta vuelve a vibrar pero no hay peligro, no hay amenaza. Hay paz. Se llega al clímax tres veces y se vuelve a bajar bien suave. El hombre tiene un escudo, para uno es su religión, para otro es su filosofía, para otro es criar peces de colores, pulpo como animal de compañía. La idea es que uno tiene que argumentar su pasión y ahí está el triunfo, no hay silencio. Las flautas van como caminando en alegría y la orquesta acompaña todo muy tranquilo y seguro. Hay paz, esperanza, y es importante el orden. Primero la llamada del destino, el golpe. Y ahora después del razonamiento… paz, esperanza. Así que no hay problemas si escuchamos de nuevo aquí la llamada de las cuatro notas. Ya estamos armados. Aquí pasa algo interesante Beethoven arma la conversación según las normas del clasicismo pero él no sabia que uno ahora en el siglo XXI puede jugar con los altavoces y casi al final de este movimiento cuando los contrabajos y los violines están cada uno con su argumentación se escucha el tema “cantado, melodía” y otro tema que es armonía pero que cuando se escucha solo es melodía. Y esta sensación se escucha en otros momentos típicos de Beethoven
- Scherzo – Allegro. Se inicia este movimiento con un misterio, con algo turbio que nos llega desde abajo (contrabajos y violonchelos) como si de un presentimiento se tratara, una sensación que nos asalta desde el estómago, poco a poco y carcome la paz que teníamos. los violonchelos y los contrabajos las trompas atacan la llamada diciendo pero no se olviden… y dale los contrabajos con la mala idea… provocan “dudas” en los violines. Y si dudan los violines… entonces ya se puede decir que la cosa está jorobada. Pero la orquesta entera se emplea y se repite lo mismo…. Los contrabajos están que se suben por las paredes. Todos en su contra hasta los metales. Y salta el convencimiento de la llamada por toda la orquesta. Los violonchelos, los contrabajos… dale que te pego…y nadie les hace mucho caso. Se explican pero no. Las flautas, le dicen que no y los violonchelos dan paso a otro tema. Lo van tejiendo con los fagots. Pizzicatos y mucho cuidado… Este tema lo llamo tema Walt Disney. En Disney pasa siempre que los animales del bosque cuando ven algo que aparentemente es un peligro se esconden. La tortuga que no puede salir corriendo se mete en el caparazón. Y el resto se esconde en el follaje. Pero ya sabemos que la curiosidad tumbó la olla de la mesa. Y poco a poco van saliendo y rodean todos, el objeto en cuestión. Hasta que se dan cuenta curiosidad por medio, que no era tan fiero el león como lo pintaban. ¡Menos lobo Caperucita! Y ahí ya Beethoven manda a callar a los contrabajos y toda la orquesta está convencida. Aparecen la llamada del destino, pero ahora ya no suena a amenaza. Digamos que Beethoven ha dicho, me das limones, pues monto un puesto y empiezo a vender limonada. Y hasta le pongo música al quiosco. Ha cogido al toro por los cuernos. Y vuelve a repetir la subida desde el tema de Disney El timbal amenza con tensión. Y todos desde abajo van subiendo y suben en un canto general viril diría. No hay tonterías. Directo. y ahora sí llega al triunfo de toda la orquesta. Los violines han dejado toda duda y pasan la mano, como tres veces. Beethoven está cantando y va subiendo desde los pizzicatos de Disney en un crescendo progresivo que nos lleva hasta el último movimiento sin pausa.
- Allegro – Presto: se toca sin pausa. Se vuelve a la unidad ya no hay dudas. Y hay un triunfo general, que radica en afrontar lo que viene. No en triunfar en sí. Hay entusiasmo. El timbal va como subrayando cada escalón que se sube. Se repite la llamada despacio. Los violines y el oboe van subiendo de todo. Y explota en un entusiasmo general. Cantan todos organizadamente. Todos empujando el carro: No corta el mar, sino vuele un velero bergantín… podría cantar. El final es de catálogo. Como ya lo ha dicho todo. Y la orquesta está de acuerdo completa. Los violines tiemblan un poquito y empieza como una locomotora a moverse y pam pam pam suena las trompetas. Y pum pum pum…y vuelve a cerrar. Parece Errol Flyn que está dando con el mosquete golpe a todo el que se menee. Y se encarama por aquí se sube y baja y vuelve a cerrar pum pum pum… y se extiende y pummm. Colorín colorado este cuento se ha acabado.